Por estas fechas de calor sudoroso retumba en mi la melodía de cartel de El Corte Inglés. No pretendo hacer publicidad, simplemente es curioso comprobar cuán hondo cala en la persona una cancioncilla risueña engalanada con voces de chiquillos. Y lo que es peor, hasta qué punto puede influenciarnos.
Así pues miré usté, con la Gracia Divina de Dios y su Majestad El Rey Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, ferviente admirador de este magacín tan polémico, me dispongo a actualizarme tras un período de reflexión y búsqueda de 'coñocimiento'. Porque sí, zagales, yo, el blog, soy autodidacta. Me sonroja contároslo pero no soy una vulgar recopilación de capítulos. Soy autómata y huérfano de padres, lo juro. Así que si alguien se da por aludido que salga por entre las tinieblas del anonimato.
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19:43 P.M.
Dirección del centro educativo IES Serpis (¿podríamos llamarle de otra forma? Comentad sugerencias)
Un ventilador recorre curioso la sala de profesores con la mirada. El ambiente es insoportable: el calor funde la tinta con la celulosa del papel y ambos se entremezclan de soslayo, parece que intentan conocerse.
Las moscas se agrupan sobre una mondadura de plátano y el bullicio crispante se confunde con los bostezos de cinco profesores. Ninguno habla.
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-Buah, yo paso. Déjate de rollos y vamos a planificar los horarios.
-¿Cómo siempre?
-Por supuesto. Aquí tengo los dardos de Valenciano, Matemáticas y Ciencias Naturales. Espero que hayas traído los demás, y lo más importante, un horario en blanco que hará de diana.
Lo fastidioso de este procedimiento es que algunos profesores tienen sus programas solapados. Qué importa, en tal caso y por unanimidad se concede una hora libre.
-Me voy, estoy hasta la coronilla de tanta tontería. ¡¡El último que cierre cubre la guardia del aula de música!!
SIIP GROMPJ AJJJ TCHUA (QUITAA) POM ROM PUF RAS PATAMMMM
Continuará...
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